Hay numerosos refranes (yo me sé uno) que ilustran ese parecido que hay muchas veces entre lo que somos y lo que hacemos, qué comemos y qué pinta tenemos, con quién vamos y en qué nos convertiremos. Sin embargo, antes de pasar por el zoco de Meknes, Marruecos, yo no sabía que a uno, al cabo de muchos años, se le pone cara de lo que vende. Creo que no encontraréis un ejemplo más claro (click para ampliar):
jueves, marzo 29, 2007
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