En este artículo de la revista PLoS Biology estudian unos seres vivos (rotíferos deloides) que no necesitan del sexo para reproducirse.
Yo, después de la primera impresión de sorpresa ("vaya aburrimiento de vida"), me he sobrecogido de miedo con otro pensamiento: "como se enteren los obispos la llevamos buena...". Si la conferencia episcopal se entera (tenemos la suerte de tener los (dirigentes de) curas más santos de la curidad mundial) intuyo que pronto nos abrumarán con una nueva campaña mediática en la que tratarán de convencernos de que el sexo, además de pecado, es algo contra-natura: si unos simples rotíferos pueden tener hijitos sin recurrir a la lujuria, ¿cómo no vamos a poder hacer lo mismo nosotros?
Los científicos que han estudiado este bicho han desarrollado un modelo muy complejo para comprobar que, efectivamente, una especie puede evolucionar sin necesidad de que un individuo intercambie su código genético con otro individuo (o individua). Yo, si me hubieran avisado antes de lanzarse a este estudio, les hubiera ahorrado todo este trabajo. La solución era mucho más sencilla: si un bicho así de feo quiere ligar tiene que, por fuerza, buscarse la vida de formas no tradicionales...
Yo, después de la primera impresión de sorpresa ("vaya aburrimiento de vida"), me he sobrecogido de miedo con otro pensamiento: "como se enteren los obispos la llevamos buena...". Si la conferencia episcopal se entera (tenemos la suerte de tener los (dirigentes de) curas más santos de la curidad mundial) intuyo que pronto nos abrumarán con una nueva campaña mediática en la que tratarán de convencernos de que el sexo, además de pecado, es algo contra-natura: si unos simples rotíferos pueden tener hijitos sin recurrir a la lujuria, ¿cómo no vamos a poder hacer lo mismo nosotros?
Los científicos que han estudiado este bicho han desarrollado un modelo muy complejo para comprobar que, efectivamente, una especie puede evolucionar sin necesidad de que un individuo intercambie su código genético con otro individuo (o individua). Yo, si me hubieran avisado antes de lanzarse a este estudio, les hubiera ahorrado todo este trabajo. La solución era mucho más sencilla: si un bicho así de feo quiere ligar tiene que, por fuerza, buscarse la vida de formas no tradicionales...
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