viernes, mayo 30, 2008

Teoría de las obras en casa

La teoría de las obras en casa dice que "si un obrero puede hacer algo, por simple que sea, para retrasar la finalización de las obras en casa, el obrero optará por hacerlo".

A continuación la demostración irrefutable de la teoría:

La vitrocerámica después de que un obrero la pisara con fuerza

"Se rompió la encimera," -declaró el obrero- "la habíamos puesto en el suelo mientras colocábamos el marmol, y fui a por agua y la pisé"."Se rompió la encimera"- repitió el obrero.

Yo no me enfadé. Es lo que tienen las teorías, que no se puede luchar contra ellas. No me enfadé, pero este post lo escribo mientras nos instalan una nueva cocina (de inducción).

martes, mayo 27, 2008

Amenaza elegante

Hace unos días apareció este cartel en el ascensor de mi casa:



Nunca había visto una amenaza tan cursi y elegante... Es lo que tiene el Raval: se junta lo mejor de una cosa con lo mejor de la otra, al mismo tiempo que une lo peor de cada una de esas cosas. ¿Me explico?

domingo, mayo 18, 2008

Sueños I

Hoy he tenido uno de los mejores sueños de mi vida. Durante el sueño (y tras despertar) me sentía exultante, capaz de lograr cualquier objetivo que me propusiera.

Estoy con Federico Jimenez Losantos. Él me suelta una de sus diatrivas más destructivas. Hoy, su objetivo es machacarme a mí. Sin embargo, yo, gran orador y mejor cerebro, voy desmontando uno tras otro sus argumentos. Finalmente, paso al ataque, y le explico por qué no se puede ir por la vida tal y como él va. Le halago en las pequeñas cosas y le ataco en las grandes. A él, ante mi gran dialéctica, no le queda más remedio que asentir, aceptar que tengo razón. Finalmente, me dice que va a cambiar, que le he convencido. Y yo, crecido y convencido de ser el mejor de los filósofos que hay sobre la tierra, sigo caminando por la calle, deseoso de encontrarme con cualquier otra persona necesitada de ese sentido común que yo atesoro y comparto con los intransigentes del mundo. ¡Qué felicidad!

Todavía con la sonrisa en la cara del que se sabe un encantador de humanos, he entrado en el salón familiar. Allí, mi hermana veía un programa de entrenamiento de perros agresivos. Yo le he soltado un pequeño discurso de por qué era mejor que vieramos bricomanía, resaltando con precisión lo beneficioso de estar preparado para tareas útiles (poner tarima de madera en la terraza) y lo inútil de saber dominar un perro cuando ella no tiene uno a quien dominar. Mi hermana me ha mirado durante un segundo y luego ha vuelto a dirigir su atención hacia Cesar, el gran domador de perros.

Yo, Ra y Mon, el gran orador, el único humano capaz de convencer a Federico Jimenez Losantos de algo, me he ido a desayunar a la cocina y a leer el periódico. Allí, me he tomado un vaso de leche mirando hacia la pared. El periódico lo tenía mi hermano y no me lo ha querido dejar.

miércoles, mayo 14, 2008

TAP air portugal y Martes y 13

Nota: Si estáis planeando un viaje a Portugal, os recomiendo que visitéis la guía de Portugal que he escrito recientemente para BuscoUnViaje.com. También tenemos una guía de Lisboa.

Desde aquí, quiero hacer una recomendación a todos los futuros usuarios de TAP Air Portugal: no viajéis con ellos en Martes y 13. Es más, en estos tiempos en los que todo el mundo le exige a la RAE que modifique el lenguaje, voy a aprovechar para también reclamar que cambien el conocido refrán a: "En Martes y 13, ni te cases ni con TAP vueles". Sé que no rima demasiado bien, pero estoy trabajando en mejorarlo.

- Fin de semana largo en Lisboa: buena comida, mejor compañía, millones de azulejos.

- Llega el martes (y 13). El vuelo sale a las 16h50. A las 14h vamos a buscar las maletas a casa de montanha-saudável. El taxi espera en la calle.

- La puerta no se abre (14h30). Intento contactar a healthy-mountain. La tiradora de hilos gira la llave. La puerta no se abre (14h40). Sigue activado el contestador. El taxista viene a ayudarnos. La puerta no se abre (14h50). Llamamos al servicio de informacion telefonica sin éxito. La puerta no se abre (15h00). Nos vamos al aeropuerto sin maletas.

- De camino al aeropuerto, el taxista nos dice que, según él, nuestro amigo nos ha 'traicionado' y ha cambiado el bombín de la puerta mientras no estábamos. No logramos deducir en qué se basa para tales creencias porque a los pocos segundos el taxista se lanza a describir con escupitajos, ruidos de metralleta y manotazos lo que el haría con los políticos portugueses. Hay cosas que no cambian cuando uno cambia de país.

- En los paneles del aeropuerto no aparece nuestro vuelo. La tiradora de hilos y yo no nos ponemos nerviosos: ya se sabe lo mal que funcionan los paneles de los aeropuertos.

- En el mostrador de facturación, la chica tiene problemas para sacar la tarjeta de embarque. No nos ponemos nerviosos. El jefe de mostrador le ayuda y finalmente nos entrega las tarjetas de embarque con una sonrisa: 'embarcais a las 19h15 en la puerta 2'.

- Mirada estupefacta. Comenzamos a ponernos un poco nerviosos. ¿19h15? ¡Si nuestro vuelo sale a las 16h50! ¿Cómo vamos a embarcar a las 19h15? ¿Nuestro vuelo está anulado? ¿Cuando? ¿Desde hace dos semanas? ¿Y por qué no nos avisan? Ya lo creo, ya lo creo que vamos a hablar con los de atención (desatención) al cliente.

- Sí, efectivamente su vuelo fue anulado y les hemos recolocado en este otro vuelo. Sí, comprendo su indignación. Sí, les avisamos por email. ¿No lo ha recibido? Mala suerte... ¿Compensación? ¿Por qué? Nosotros les avisamos el día 30 de Abril, así que ha tenido tiempo de reoganizar sus planes. ¿Compensación? No, lo siento pero no tienen derecho a ninguna compensación. No, no podemos hacer nada. No. No. No. No. No. No. No.No. No. No. No. No. No.No. No. No. No. No. No.

- A las 20h10 despegamos de Lisboa (3h20m más tarde de lo previsto). Un fin de semana perfecto estropeado por una aerolínea incompetente. Menos mal que la espera en la cafetería del aeropuerto pudo ser amenizada por: 1) la tiradora de hilos pintándose caras sonrientes en los dedos; 2) Mi amigo montagne-sainte explicándome que su compañero de piso Gran Premio había logrado abrir la puerta del piso simplemente dándole un golpe; 3) una tosta mista; 4) un helado de chocolate; 5) The Economist; 6) El País; 7) mi iPhone; y 8) una coca cola.

- Le he mandado un email a TAP. No espero respuesta. Sólo espero que la gente que busque en Google información sobre TAP caiga en este post y me haga caso: "En Martes y 13, ni te cases ni con TAP esperes días felices".

- Lo sé: no rima. Sigo trabajando en ello.

jueves, mayo 08, 2008

Cómo sentirse atractivo

Esta mañana me he levantado con fuerzas, muy energético. Me he duchado, he desayunado cereales con leche de soja, he puesto a funcionar mi iPhone y me he ido caminando hasta la estación de bicing que hay cerca de mi casa. Y pedaleando he cogido el camino hacia el trabajo...

Desde un principio me he dado cuenta de que hoy algo era distinto: cada persona con la que me cruzaba se quedaba mirándome fijamente durante varios segundos. Chicos y chicas, jovenes y viejos, gordos y flacos, extranjeros y locales, millonarios y pobres; todos. Todos me miraban.

Debo de tener el guapo subido -he pensado-, o quizás sea la gorra que me he puesto para protegerme del sol, o los auriculares saliendo de mis orejas mientras pedaleo con garbo al ritmo de Felix Da Housecat. En verdad -he continuado mi razonamiento-, hacen bien en mirarme, porque hoy me siento muy atractivo.

Mis pedales me han llevado por el Raval, por el paseo de Colón y por el Port Vell. Al llegar a la playa de San Sebastian, los numerosos extranjeros que desayunaban en una terraza han girado sus cabezas para acompañar mi paso. Muy intrigado -porque ni siquiera mi gran atractivo del día explicaba esas miradas de asombro- he parado la bicicleta y me he quitado los cascos. Pero la gente se ha hecho la despistada, y han apartado sus miradas de mí. Una vez parado ya no les parecía digno de su atención. Yo, a cambio, les he respondido con todo mi desprecio; y he comenzado a pedalear de nuevo...

Ha sido entonces que ha comenzado a taladrarme los oídos un agudísimo sonido de rozamiento entre las ruedas y uno de los hierros de bicicleta. El guapo se me ha bajado rápidamente: despues de dejar la bicicleta -y objeto de atención para tanta gente aficionada a los sonidos agudos- en su estación, he ido caminando hasta el trabajo sin que ni siquiera los viejos levantaran sus ojos del dominó mientras yo pasaba a su lado.