A veces, sobre todo en los días de lluvia, me gusta imaginar que los autobuses, en lugar de llevar pulsadores de petición de parada, llevan pulsadores para votar si 1) quieres parar; 2) no quieres parar; 3) te da igual parar. Si algún ayuntamiento hiciera caso a mi imaginación y pusiera esos pulsadores, lograrían implementar la verdadera democracia: si la mayoría de los pasajeros no quiere parar en la plaza de Colón, ¿por qué perder tiempo con esa parada en la que únicamente bajará una persona?
Así, ante el anuncio de nueva parada, todo el mundo emitiría su voto presionando el botón correspondiente. El conductor debería esperar a que faltaran diez segundos para llegar a la parada y entonces, mirar el resultado de la votación y en función de éste, continuar su camino o hacer la parada. Claro, habría que regularlo bien para no generar fricción entre los pasajeros. Las medidas básicas en las que puedo pensar ahora son: (i) anonimato del voto; (ii) necesidad de mayoría absoluta; (iii) segunda vuelta de votación para casos conflictivos (e.g. un niño que llega tarde a clase podría pedir el amparo del conductor, y éste sometería de nuevo la decisión a votación aportando el nuevo dato por la megafonía).
Esto sería muy facil de implementar en los autobuses. En realidad, lo que no entiendo es que no lo hayan puesto ya en funcionamiento. Además, haría más entretenidos y emocionantes los viajes en autobus, y los días de lluvia dejarían menos tiempo para pensar. Sin embargo, en otros ámbitos sería de aplicación un poco más complicada, pero sus efectos beneficiosos están más que claros.
Por ejemplo, me gustaría poder aplicar una idea similar a "fumar" versus "no fumar" en los bares. Actualmente, un bar establece si se puede fumar o no (i.e. lo que en este maravilloso país implica que siempre se puede fumar) pero sería mucho más justo si la gente votara en todo momento si ellos quieren que se pueda fumar o no. Un contador indicaría el estado de las votaciones, y los fumadores tendrían que esperar a tener mayoría (¿absoluta?) antes de encender un cigarrillo. Así, en el bar se fumaría o no en función de lo que la gente quisiera en ese momento.
Estoy seguro de que este tipo de votaciones, además de hacer más entretenida la existencia y mejorar nuestra calidad de vida, daría lugar a un nuevo tipo de relación social: yo, por ejemplo, iría mesa a mesa intentando convencer a la gente de votar para no fumar. Y el inmediato efecto secundario de esto sería que la gente hablaría más (e.g. ¿qué vas a votar?), se conocerían mejor (e.g. ¡ah! ¿tú también necesitas bajar en el paseo marítimo?) y se crearían más parejas (e.g. ya que ninguno fumamos y siempre nos bajamos en la misma parada, vivamos juntos); y a más parejas, más hijos (e.g. ya que vivimos juntos... ¿por qué no procrear?).
Europa se está quedando vieja, señoras y señores. Necesitamos aumentar el índice de natalidad. Ergo, implanten las propuestas que aquí he descrito, estimados políticos.
Nota: aunque no conscientemente, creo que este pensamiento aleatorio se debió empezar a generar cuando en mi anterior empresa, un compañero desarrolló una aplicación para que los clientes votaran en tiempo real sobre si las presentaciones que les hacíamos les gustaban o no. Os aseguro que no es agradable estar hablando y ver que la barra de aceptación del cliente comienza a ir hacia el rojo...
Así, ante el anuncio de nueva parada, todo el mundo emitiría su voto presionando el botón correspondiente. El conductor debería esperar a que faltaran diez segundos para llegar a la parada y entonces, mirar el resultado de la votación y en función de éste, continuar su camino o hacer la parada. Claro, habría que regularlo bien para no generar fricción entre los pasajeros. Las medidas básicas en las que puedo pensar ahora son: (i) anonimato del voto; (ii) necesidad de mayoría absoluta; (iii) segunda vuelta de votación para casos conflictivos (e.g. un niño que llega tarde a clase podría pedir el amparo del conductor, y éste sometería de nuevo la decisión a votación aportando el nuevo dato por la megafonía).
Esto sería muy facil de implementar en los autobuses. En realidad, lo que no entiendo es que no lo hayan puesto ya en funcionamiento. Además, haría más entretenidos y emocionantes los viajes en autobus, y los días de lluvia dejarían menos tiempo para pensar. Sin embargo, en otros ámbitos sería de aplicación un poco más complicada, pero sus efectos beneficiosos están más que claros.
Por ejemplo, me gustaría poder aplicar una idea similar a "fumar" versus "no fumar" en los bares. Actualmente, un bar establece si se puede fumar o no (i.e. lo que en este maravilloso país implica que siempre se puede fumar) pero sería mucho más justo si la gente votara en todo momento si ellos quieren que se pueda fumar o no. Un contador indicaría el estado de las votaciones, y los fumadores tendrían que esperar a tener mayoría (¿absoluta?) antes de encender un cigarrillo. Así, en el bar se fumaría o no en función de lo que la gente quisiera en ese momento.
Estoy seguro de que este tipo de votaciones, además de hacer más entretenida la existencia y mejorar nuestra calidad de vida, daría lugar a un nuevo tipo de relación social: yo, por ejemplo, iría mesa a mesa intentando convencer a la gente de votar para no fumar. Y el inmediato efecto secundario de esto sería que la gente hablaría más (e.g. ¿qué vas a votar?), se conocerían mejor (e.g. ¡ah! ¿tú también necesitas bajar en el paseo marítimo?) y se crearían más parejas (e.g. ya que ninguno fumamos y siempre nos bajamos en la misma parada, vivamos juntos); y a más parejas, más hijos (e.g. ya que vivimos juntos... ¿por qué no procrear?).
Europa se está quedando vieja, señoras y señores. Necesitamos aumentar el índice de natalidad. Ergo, implanten las propuestas que aquí he descrito, estimados políticos.
Nota: aunque no conscientemente, creo que este pensamiento aleatorio se debió empezar a generar cuando en mi anterior empresa, un compañero desarrolló una aplicación para que los clientes votaran en tiempo real sobre si las presentaciones que les hacíamos les gustaban o no. Os aseguro que no es agradable estar hablando y ver que la barra de aceptación del cliente comienza a ir hacia el rojo...
3 comentarios:
Mmm..el típico listillo al que le pisarías la cabeza...
Jopeta, democraciademodé, ¡qué miedo das!
Si un inocente e irónico texto sobre una idea absurda te pone en este estado de exaltación, me cuesta imaginar el color que alcanzaría tu cara si hubiera escrito algo más profundo y que realmente afectara a alguno de tus principios morales.
O quizás lo he hecho, y yo sin enterarme... Si este fuera el caso, creo que la humanidad agradecería que compartieras con ella tus otras manías. Aquí veo material para un libro...
a mi lo que mas me ha impactado es lo de la presentacion, mas que nada porque si que efectivamente puede darse en un futuro...
lo del autobus.. si ya sueño con obligar al conductor a dejarme en la puerta de mi casa (y eso q subir jilgueros lo tiene dificil) imagina de lo que seria capaz como pretendieran no dejarme bajar en mi parada
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