Estadísticas

Cualquiera que haya utilizado la estadística en su vida laboral (o personal, si es un poco freeky) sabe de lo peligroso que es tomarlas en serio. A veces sirven para medir tendencias pero, a no ser que el experimento esté muy bien diseñado, la mayoría de los resultados son puro papel mojado y es preferible ignorarlos (o lo que es lo mismo, publicar un árticulo con lo que haya salido).

Uno de los ejemplos más claros y a la vista de todo el que viva en Barcelona son los medidores de frecuencia de uso de los carriles bici:

Un sensor de paso de bicicleta: al presionarlo, un contador se suma 1 a sí mismo

No sé quién hizo este brillante diseño pero, aunque en la foto no se aprecia demasiado bien, los sensores sobresalen tanto (y te hacen brincar en tu sillín de tal manera) que lo único que han conseguido es lo siguiente:

¡Todo el mundo se los salta!

Bueno, no todo el mundo: únicamente se saltan los sensores aquellos que se conocen los carriles bici y por tanto saben cuando salir del carril para evitar el bache (o también, si somos estrictos al hacer la interpretación, se los saltan algunos novatos de rápidos reflejos). He hecho mi propia estadística, y de diez personas que han pasado... ¡¡solo han pasado 'correctamente' dos!!

Por lo tanto, si analizamos lo que el ayuntamiento de Barcelona está midiendo con estos sensores, la realidad es que sus estadísticas no les están diciendo el número de personas que utilizan el carril bici, sino el número de ciclistas primerizos despistados que pasan por los sensores. Y, aunque todavía no lo he consultado con el ayuntamiento, creo que esto no era lo que buscaban medir cuando decidieron que había que hacer una estadística sobre el uso del carril bici en Barcelona...

O quizás me equivoque, y los números que están consiguiendo son exactamente los que buscaban: así, alguna mente preclara podrá concluir que puesto que tan poca gente decide sacrificar su culo en aras de la estadística, no merece la pena seguir poniendo carril bici por la ciudad.

Disclaimer: de todas las ciudades donde he vivido (y son unas cuantas), Barcelona es la segunda que mejor preparada está para los ciclistas (es el problema de haber vivido en una ciudad que tiene una bici por logo, Davis, cualquier otra siempre será la segunda)