domingo, septiembre 14, 2008

Esa carne...

Todos los argentinos que viven en España (e imagino que en otros lugares del mundo) dicen que nuestra carne no sabe como la suya. En Salta, capital de la provincia norteña del mismo nombre, en un restaurante al borde de un lago (en el que previamente habíamos ejercido de turistas locales alquilando un patín a pedales), comprobamos una vez más que los argentinos tienen razón. Al menos, en lo referente a la carne: es extraordinaria. Y muy barata.
El veredicto es que la tira de asado es mi corte favorito. Aunque tampoco se le pueden poner peros al vacío o al bife de costilla. El único corte que no me gusta es el matambre, quizás porque a mí nunca me ha gustado matar al hambre; a mí lo que me gusta es cultivarla, y prestarle mucha atención. Y en Argentina eso lo he tenido más fácil que nunca: no hay más que sentarse frente a una mesa y pedir que te sirvan un trozo de vaca.

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