viernes, enero 12, 2007

Lo realmente sorprendente de Internet

Creo que hoy por hoy nadie es capaz de negar que Internet nos ha cambiado la vida a todos (salvo a un par de amigos míos que parecen inmunes a toda invención posterior al boli BIC). Si haces una pequeña encuesta a tu alrededor sobre cuáles son los aspectos de Internet que más han influido en nuestra vida, la mayoría de las respuestas irá en la línea de "la forma de trabajar", "consigo guardar contacto con gente a la que no suelo ver", "las películas ahora son gratis", etc etc. Sin embargo, yo me atrevo a afirmar que todas esas respuestas son erróneas: la verdadera revolución de Internet no tiene nada que ver con la tecnología.

Piensa lo siguiente: estás haciendo la mudanza, y el sofa de la abuelita se te resiste, no consigues subirlo por las escaleras. Tras varios intentos, desistes: nunca lo lograrás tú solo. Piensas en qué opciones tienes y rápidamente das con dos (en este proceso imaginario que estoy narrando, eres un ser bastante inteligente): 1) llamar a un amigo y 2) contratar a alguien para que te ayude. En el caso del sillón, probablemente te decantarás por pedirle ayuda a un amigo, y seguramente lograrás que alguno acepte ayudarte. Pero... ¿y si todos tus amigos están de vacaciones? Entonces, no te quedará más remedio que hacer un intercambio con alguien: "yo te doy dinero, tú me ayudas a subir el sillón". Una vez finalizado el asunto, ambas partes quedaréis satisfechas, porque habéis resuelto el asunto de la forma más humana que existe: el trueque.

Sin embargo, si aplicaras a la totalidad de tu vida esa revolución social que ha supuesto Internet, ni siquiera te hubieras planteado la opción pecunaria. Simplemente hubieras salido a la calle, habrías tomado aire, y hubieras gritado: "¿Alguien puede ayudarme con este sofa?". Y si los peatones que te escucharan fueran fieles al espíritu Internet, no pasaría mucho rato hasta lograr tener ese sofa bien colocadito en tu apartamento de 40 m2.

Porque lo más impresionante de Internet no es el email, ni las llamadas gratis, ni siquiera el Google Earth; lo más increíble de Internet es que hay miles de personas haciendo cosas porque sí, porque les da la gana, sin esperar nada a cambio. Creo que nunca en toda la humanidad había ocurrido algo así: sí que se han dado casos de auténtica filantropía, pero casi siempre dirigida hacia gente muy concreta (de tu misma comunidad, discapacitados, ...) o buscando poder/reconocimiento. Y en cualquier caso, ha habido muy pocos filántropos.

Pero... en Internet: ¡es demencial! Hay miles de personas respondiendo en los foros todo tipo de preguntas sin esperar nada a cambio, hay grupos organizados que traducen y sincronizan subtítulos para series y películas, hay programadores que ponen su software a disposición de todo el quiera usarlo, hay bloggers informando por el puro placer de hacerlo, ... ¡Y todo gratis! ¡Y sin ni siquiera saber quién se va a beneficiar de ello!

Esto es algo que hoy en día damos por hecho y como normal, pero... ¡no lo es! Los humanos en la vida real somos egoístas, posesivos, avariciosos, individualistas, ... ¡e Internet ha cambiado eso para mucha gente! Yo mismo, en la vida real, procuro evitar responder/ayudar a la gente que intenta usarme para resolver sus problemas informáticos, pero si me llega un email con una petición de ayuda de un desconocido, ¡me cuesta mucho no contestarle! Y eso es porque al deconocido le aplico mi filosofía Internet (dar sin esperar nada a cambio) mientras que a los que me sufren en la vida física les aplico las leyes por las que siempre se ha regido la humanidad. Mi pronóstico es que no pasarán muchos años hasta que Internet se contamine de la realidad (igual que Second Life está empezando a replicar los problemas del mundo real), pero estaría bien que durara al menos unos años más, por ejemplo hasta que el cambio clímatico acabe con todos nosotros...

Ahora que ya estáis todos convencidos: ¿hay alguien por allí que me quiera dar unos euros? Recordad: esto es Internet.






4 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca lo había pensado, pero es verdad...

Anónimo dijo...

mi pronóstico es el contrario. que el mundo real se contagiará de las "leyes de internet". quizá iniciativas como "free hugs" sean el primer atisvo de esta tendencia... o no ;)

Miguel dijo...

Pues yo creo que hay demasiada gente mala en el mundo -o visto de otro modo, la gente somos demasiado mala en el mundo real- como para que se contagie de internet.

Quizá unos cuantos locos repartiendo abrazos empiecen a cambiar las cosas. Ojalá :)

Miguel dijo...

También influye mucho que en internet ayudas cuando quieres: a las 6 de la tarde o a las 4 de la mañana, cuando a ti te venga bien. Y si ese tio al que ayudas resulta ser un pesado, no tienes más que ignorar sus correos o insistentes posts, que no te va a molestar más allá de un simple click.

En mi caso, en el mundo real alguna que otra vez he negado ayuda -principalmente en temas informáticos- por temor a que la otra persona se acostumbrara a pedirme que le arreglara el ordenador ya que "no te cuesta nada".

Puede que en ese momento no te apetezca, pero aun así la petición ha sido hecha y negarlo queda feo. Javier Marías tiene una reflexión larga y profunda sobre este tema en el libro que me dejaste, que no me acuerdo como se llama, el segundo de la trilogía.