Leo en "State of Denial", de Bod Woodward:
Prince Bandar told Bush stories about how Saddam kept people loyal. He required his bodyguards to do two things to prove themselves: kill somebody else from within their own tribe and kill somebody from another tribe. This created a double vendetta. "If I want to trust you with my life," Bandar explained, "I want to make sure nowhere else you are safe except with me."
Para lectores anglovagos, el texto básicamente dice que Saddam Hussein requería a sus guardaespaldas que antes de pasar a su servicio mataran a una persona de su tribu y a otra de una tribu diferente. Así se aseguraba de que ese guardaespaldas no tuviera tentaciones de traicionarle, puesto que no tendría donde buscar refugio.
No sé si esta receta de fidelización se enseña en los famosos MBAs, pero al ritmo frenético que lleva esta sociedad creo que no tardaremos mucho en verla aplicada. Por ejemplo, para poder trabajar en Zara, antes habrá que escupir al gerente de Cortefiel y luego decirle a tu madre que esos jerseys de lana que te sigue regalando cada navidad son horribles. Y conseguir certificados de ambas acciones, claro.
Prince Bandar told Bush stories about how Saddam kept people loyal. He required his bodyguards to do two things to prove themselves: kill somebody else from within their own tribe and kill somebody from another tribe. This created a double vendetta. "If I want to trust you with my life," Bandar explained, "I want to make sure nowhere else you are safe except with me."
Para lectores anglovagos, el texto básicamente dice que Saddam Hussein requería a sus guardaespaldas que antes de pasar a su servicio mataran a una persona de su tribu y a otra de una tribu diferente. Así se aseguraba de que ese guardaespaldas no tuviera tentaciones de traicionarle, puesto que no tendría donde buscar refugio.
No sé si esta receta de fidelización se enseña en los famosos MBAs, pero al ritmo frenético que lleva esta sociedad creo que no tardaremos mucho en verla aplicada. Por ejemplo, para poder trabajar en Zara, antes habrá que escupir al gerente de Cortefiel y luego decirle a tu madre que esos jerseys de lana que te sigue regalando cada navidad son horribles. Y conseguir certificados de ambas acciones, claro.
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