viernes, abril 11, 2008

Tres escritores

De repente, autores de los que nunca habías oído hablar aparecen en tu vida un día tras otro. Puedes haber visto sus libros un millón de veces en tus visitas a las librerías, o incluso haber pasado de largo una entrevista con el escritor y no haber retenido su nombre. Pero tras esa recomendación de un amigo, o después de escuchar un programa de radio en el que lo mencionan, o quizás tras haberte detenido en un artículo sobre su último libro, ese autor comienza a aparecer hasta en la leche del desayuno y te preguntas cómo puede ser que antes no te dieras cuenta de lo importante que es. Supongo que todo se debe al famoso efecto del embarazo (i.e. cuando uno está embarazado/enyesado no para de ver otros embarazados/enyesados a su alrededor), pero no deja de ser curioso que me haya ocurrido con dos escritores americanos al mismo tiempo.

No sé las razones exactas que han llevado a Philip Roth y a Cormac McCarthy a aparecer en mi vida de esta forma. Imagino que los dos ya eran extraordinariamente famosos hace un par de meses (ambos son ganadores del Pulitzer y aparentes candidatos al Nobel), pero para mí ni siquiera existían. No existían y yo vivía muy tranquilo, pero cuando un autor no deja de aparecer en mi rutina sin yo buscarlo, no tengo más remedio que leerme algo suyo. Llamadme cotilla, pero no puedo soportar escuchar hablar de algo que yo no conozco.

Me he leído "La Carretera" de Cormac McCarthy y "Elegía" de Philip Roth. Mi principal conclusión es que tengo un gusto literario extraño, puesto que "La Carretera" me ha encantado y "Elegía" me ha parecido muy malo (malísimo). McCarthy escribe de una forma que al principio se hace complicada de seguir, pero al cabo de diez páginas su prosa te atrapa y la historia se te mete dentro. Y eso lo consigue como a mí me gusta que lo hagan: sin contarte una historia sino haciéndotela vivir. Por el contrario, Roth escribe de una forma muy sencilla de seguir, pero al cabo de 30 páginas comienzas a aburrirte, y al llegar a la página 100 lo único que te anima a continuar es pensar que únicamente te quedan otras cincuenta para acabar. Además, Roth peca de lo que más detesto en un escritor: le dice continuamente al lector como debe reaccionar ante lo que le va sucediendo a los personajes.

Que McCarthy me haya gustado tanto no me parece raro, puesto que al fin y al cabo me lo había recomendado un lector del que me fío y la prensa lo pone siempre por las nubes. Lo que no logro comprender es como puede ser que Roth me haya parecido tan simplón, aburrido, insípido y débil, porque la prensa también lo pone por las nubes y es complicado encontrar a alguien a quien no le guste. La única solución a este interrogante sería leerme otro libro más de Roth (nunca juzgues a un autor por una sola obra) pero creo que voy a obviar esa opción: prefiero dedicar el tiempo finito del que dispongo para seguir leyendo a otro de los autores que he descubierto tardíamente (tras su muerte) y que me está mostrando otra forma de vivir (y de escribir): Kapuscinski.

2 comentarios:

Bet dijo...

Ya veo que estás muy ocupado ;-P

Anónimo dijo...

:)