martes, octubre 07, 2008

Las mejores vistas del mundo (desde un baño)

Nota: Si estáis planeando un viaje a Perú, os recomiendo que visitéis la guía de Perú que he escrito recientemente para BuscoUnViaje.com.

Los baños con mejores vistas del mundo están en Amantaní, una isla en el lado peruano del lago Titicaca. Como sé que muchos lectores de este blog son algo incrédulos y no siempre se creen lo que aquí escribo (y con razón), adjunto una foto del baño que teníamos justo enfrente de la casa de la familia con la que dormimos.


En aquellos lugares del mundo donde no disponen de agua corriente, las casas no tienen baño. En consecuencia, para esos menesteres que todos hacemos pero de los que nadie suele hablar (salvo contadas excepciones) uno debe salir fuera (con una linterna, si todavía es de noche, puesto que cuando no hay agua corriente no suele haber tampoco electricidad) y dirigirse a la letrina que le corresponde. En la mayoría de lugares que he visto en mis viajes, las letrinas suelen ser lugares escondidos, malolientes y poco 'elegantes'. Pero en Amantani la situación es muy diferente, incluso parecen orgullosos de sus baños: los mantienen pintados de colores y todos tienen excelentes vistas.

Las letrinas de Amantaní, con paredes verdes y techo azul


Además de los baños, los protagonistas de nuestra visita a Amantaní fueron: Olga y sus sopas; Mario y sus historias; Ronnie y su risa; Karina y sus reflexiones; Simón y su barco; las ovejas; las vendedoras del mercado y las hojas de coca; Perci y sus deberes de sumas y restas; la hermana de Perci y sus deberes de vectores que no supe ayudarle a hacer; los burros y sus relinchos; y la señora que sabía decir 'bon dia'.

Una de las historias que nos contó Mario fue la de los gamonales (terratenientes) descendientes de españoles a los que se cargaron (i.e. mataron) los habitantes de Amantaní para recuperar las que habían sido las tierras de sus padres. Mario incluso comentó que cuando él era pequeño había gente que todavía padecía secuelas de la 'guerra' que se estableció entre los gamonales y los locales. Finalmente consiguieron echar a todos los gamonales, quienes se lo tenían merecido, porque entre otras cosas tenían derecho de pernada sobre los habitantes de la isla, a los que mantenían en un estado de semi-esclavitud.

Lo más sorprendente de esta historia no es el hecho en sí (repetido en numerosos lugares del mundo, la rebelión del dominado), sino cómo ha pasado a nuestros libros de historia. La siguiente frase está extraída de la entrada sobre Amantaní de la Wikipedia:

A comienzos del 1900, como consecuencia de las fuertes sequías, los hacendados comenzaron a vender las tierras a los nativos. Aproximadamente en los años 1950 los campesinos de Amantani habían adquirido casi la totalidad de la isla.

Sin entrar a discutir qué versión es más creible, es curioso constantar de manera tan clara cómo de diferentes pueden ser dos versiones de un mismo hecho. En cualquier caso, la gente ahora parece haber olvidado aquellos tiempos, y la mayoría sonríen.

El mercado de Amantaní

Quizás ayude a sus sonrisas el que en Amantaní carezcan de una de las cosas que más me molesta a mí de las ciudades: los coches. Si de mí dependiera, haría todas las ciudades del mundo peatonales; o biciclables; o las llenaría de agua para poder ir en barca.

2 comentarios:

Pele Ón dijo...

Se nos podía haber ocurrido hace años en La Torre, para explotar sus atractivos turísticos...

Miguel dijo...

Mira, aquí otro que ha estado en muchos baños

Fotos de baños