Julián no servía para nada. Todo se le daba mal e incluso en los trabajos más sencillos le echaban a los pocos días de entrar. No sabía hacer hamburguesas, no era capaz de servir una mesa sin tirar los vasos, no había encendido nunca un ordenador, las oposiciones ni entraban en su cabeza hacerlas y en una obra duró dos días, hasta que se dieron cuenta de que en lugar de cemento había puesto arenilla del suelo. No era que Julián fuera un jeta de esos que no quieren saber hacer nada, sino que realmente, sus capacidades no daban para más. Él, en verdad, quería encontrar un trabajo estable.
Una prueba de su buena voluntad era que cada domingo, lo primero que hacía era salir de casa y comprarse El País para consultar las ofertas de trabajo. Julían siempre se decía que tenía que haber algún trabajo que incluso él pudiera hacer. Ese trabajo tenía que existir...
El domingo pasado Julián abrió El Pais Negocios por el medio, como a él le gustaba hacer. Y de inmediato, un anuncio captó su atención: ¡había encontrado el trabajo de sus sueños! ¡Probador de anillos! ¿Qué podía haber en el mundo más fácil que extender el dedo y probarse un anillo? Entonces fue cuando siguió leyendo el anuncio...
... y vio que la oferta era de "durex", y que por tanto, ese no era un trabajo perfecto sino otro cualquiera de los que él nunca podría hacer.
Una prueba de su buena voluntad era que cada domingo, lo primero que hacía era salir de casa y comprarse El País para consultar las ofertas de trabajo. Julían siempre se decía que tenía que haber algún trabajo que incluso él pudiera hacer. Ese trabajo tenía que existir...
El domingo pasado Julián abrió El Pais Negocios por el medio, como a él le gustaba hacer. Y de inmediato, un anuncio captó su atención: ¡había encontrado el trabajo de sus sueños! ¡Probador de anillos! ¿Qué podía haber en el mundo más fácil que extender el dedo y probarse un anillo? Entonces fue cuando siguió leyendo el anuncio...
... y vio que la oferta era de "durex", y que por tanto, ese no era un trabajo perfecto sino otro cualquiera de los que él nunca podría hacer.
7 comentarios:
juajua
venga, ánimo con "lo tuyo", que ya queda muy poco!
El domingo pasado también saliço un anuncio de probadores de juegos de ordenador. Pregúntale a Julián si para eso sirve.
Pobrecillo Julián! ¿Es que no tenía "experiencia previa"?
Por cierto, lLevo una hora diciendo en alto "Peti meri le se tu", con acento del Bronx, con acento de Oxford, con acento de Lugo y hasta con acento de Chauchina, y nada... que no sé de donde viene mi nuevo pseudónimo. Hmpfff.
Ramón, ramón! que ya te queda poco! Tienes fecha?
Meri-lirel, darling, no tienes que pronunciar tu nuevo nombre con acento del Bronx, ni siquiera, mira lo que te digo, de Staten Island o de Barbate, sino del Quartier Latin o Montparnasse...
Ah! Dios, suena tan bien que me voy a cortar el pelo a lo Amelie...
Ra y Mon, no te angusties, estoy convencida que hace muuuucho tiempo que ya eres doctor..
Peti megui le se tu, ¿qué se esconde detrás de tu avieso comentario?
(espero que te hayas encontrado estos días con "the beast" por NY. Seguro que habréis podido poner a prueba vuestras respectivas lenguas bífidas ;-) )
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