miércoles, septiembre 27, 2006

La policía en Costa Rica

Nota: Si estáis planeando un viaje a Costa Rica, os recomiendo que visitéis la guía de Costa Rica que he escrito recientemente para BuscoUnViaje.com.

La interamericana, siempre cercana a la costa pacífica, recorre Costa Rica de arriba a abajo. Es la carretera más importante del país, y seguramente una de las que menos agujeros tiene, pero uno no puede despistarse un segundo porque en cualquier momento puede aparecer un camión en sentido contrario adelantando a un autobús, ambos en bajada y lanzados a toda velocidad; o también puedes encontrarte con un profundo agujero del que no podrás salir si por despiste una de sus ruedas cae dentro; o con un policía que, desde un lado de la carretera, te hace señas para que pares:

- Buenos días, ¿cómo está?

- Muy bien, muchas gracias. Ocupo sus papeles.

- (busco los papeles y se los doy. En los días que llevo aquí ya he aprendido que "ocupar" significa "necesitar"/"querer", y no lo que la intuición nos daría a entender.)

- Todo en orden, señor. Pero... les he parado porque ustedes manejaban a 83 km/h.
(me enseña la pistola detectora de velocidad que, efectivamente, marca 83 km/h)

- Perdone... estaba intentando respetar el máximo de 80 km/h, pero como era bajada me habré excedido un poco.

- Lo siento... pero en esta zona el límite son 40 km/h, debido a algunos accidentes que hemos tenido en esta curva. Hay un cartel indicativo un poco más arriba.

- Pero... era un cartel con subtítulo, que decía "con escolares presentes". Y como hoy no he visto escolares...

- Lo siento... hoy no hay escolares porque es domingo, pero ese cartel es de 40 km/h, haya o no haya escolares.

- Perdóneme, pero como todo el día he visto carteles de 40 km/h "con escolares presentes", éste en concreto se me ha debido de pasar...

- Lo que ocurre es que, en Costa Rica, superar en 43 km/h el límite establecido se considera conducción temeraria, lo que implica una multa de X colones (unos 400 Euros) y en seis meses un juez decidirá si se le retira la licencia de manejar.

- Ya... yo lo único que le puedo decir es que estoy conduciendo muy concentrado e intentando respetar las reglas, muy despacio. Porque vamos bastante asustados con los camiones y autobuses que nos adelantan, ademas de los agujeros, los perros que cruzan la carretera y los desprendimientos de tierra. Se me ha pasado ese cartel, es lo único que le puedo decir...

- ¿Son de España?

- Sí, de Barcelona y de Zaragoza.

- Ahh... Barcelona... ¿y llevan mucho tiempo por Costa Rica?

(conversación sobre el tiempo que llevamos en Costa Rica, el tiempo que nos queda, y con especial enfásis, sobre lo mucho que nos ha gustado el país y sus gentes)

- (carraspea) Si les pongo la sanción... ¿les perjudica?

- Sí, claro... mucho... andamos casi sin dinero y durmiendo en hoteles baratos. Si nos pone la sanción nos quedamos sin nada...

- Ya...

- (silencio)

- Bueno, anden con mas cuidado a partir de ahora...

- Muchas gracias... (suspiro de alivio)

- Con mucho gusto. Pasen un buen día.

- ¡Adiós!

2 comentarios:

Javifields dijo...

eso es flexibilidad en la aplicación de las leyes, si señor;
a mi no me perdonaron las 370.000 pts de hospital por una semanica...
si hubiéseis sido gringos pagabais seguro... ummmm... qué pasaporte le enseñaste?

Ra y Mon dijo...

Me he olvidado de contar lo del pasaporte... eché la mano a mi bolsa para sacar los papeles, y el primer pasaporte que cogí fue el de EEUU. Pero fui rápido y lo dejé caer, sustituyéndolo por el más castizo y usado español... Está claro que ese fue uno de los puntos claves para que nos dejara marchar...

¡Ah! Y no sé si él lo llevaba en mente, pero yo ni siquiera caí en darle una "propina", y como el tampoco pidió nada...

Por cierto Javi, pasamos por Cartago pero no vimos ningún hospital. Eso sí: debe de tener algún tipo de maldición porque la noche que teníamos pensado dormir allí nos perdimos, empezó a llover, y acabamos en la pizzería de un cubano en Santa Cruz... que después de lanzarnos una soflama a favor del mercado y en contra de Fidel (y de vendernos una pizza) nos redirigió hacia el único hotel en 30km a la redonda.