miércoles, julio 19, 2006

Peces "machos" y "wimps"

Mi jefe ha dejado caer durante un seminario que hay unos peces en África que pueden transformarse de "wimp" a "macho" (y viceversa) en función del contexto social. ("wimp" = cobarde)

Del resto del seminario no me he enterado de nada, pero esa transformación me ha intrigado y al volver a mi ordenador me he puesto a investigar la cuestión. Que alguien pase de ser cobarde a valiente (y viceversa) no me parecía tan original como para que fuera mencionado en un seminario, pero cuando he leído un poco más sobre el tema me he quedado impresionado (una vez más) por las cosas que ocurren en la naturaleza.

Los peces en cuestión son de una especie llamada Cíclidos. Viven en varios lagos africanos y tienen esta pinta:

A pesar de las apariencias, son muy agresivos y pelean habitualmente por conseguir los favores de las hembras. Como tantos otros animales, sus únicos objetivos en la vida son comer y reproducirse.

Pero ahora viene en donde estos peces se convierten en especiales: tras una pelea entre dos de ellos, el vencedor comienza a transformarse y en cuestion de minutos cambia de color, le crecen sus gónadas y comienza a reproducirse (se convierte en "macho"). El perdedor (o "wimp"), no sólo se queda como está sino que deja de producir esperma durante varias semanas, como para garantizar que su fracaso no será transmitido a futuras generaciones. Eso sí, si un "wimp" desafia a un "macho" y le gana, ambos dos se transformarán para convertirse en lo que era anteriormente su adversario.

Esto ya de por sí es espectacular: un cambio físico provocado por una circustancia social. Pero es que las cosas no se acaban allí: si pones un "macho" y un "wimp" en la misma pecera durante un tiempo y luego sacas al "macho" dejando al "wimp" solo, en menos de veinte minutos éste aprovechará que no hay nadie que le desafíe para convertirse en "macho" (y cambiar de color y crecer de tamaño). ¡Veinte minutos!

¿Os imaginais que los humanos hicieramos algo parecido? Las discotecas serían escenario de numerosos cambios físicos en función de quien entraba a la pista de baile... Después de los exámenes habría alumnos a los que les crecería el cerebro... Tras un Gran Prix (¿sigue existiendo?) todo un pueblo se llenaría de humanos con testículos desproporcionadamente grandes... Y tantas otras cosas...

Aunque también es verdad que en cierto modo muchas veces ya funcionamos de forma parecida a esos peces: hay cosas que las conseguimos o no en función de las ganas/ilusión que ponemos en ellas... y también está demostrado que nuestro cuerpo se defiende mejor de las enfermedades cuando estamos contentos. Y luego está el sonrojo: nos ponemos colorados simplemente porque alguien nos ha dicho algo que nos hace sentir incómodos.. Conclusión: esos peces no son tan especiales... y no sé por qué tenían que mencionarlos en un seminario.

Además, hay otra cosa en la que se parecen a nosotros: las hembras eligen a los peces masculinos en funcion de su belleza. Con lo que no contaban ellas es que habría científicos que hicieran el siguiente experimento: en una pecera con hembras poner machos de diferentes colores y luego enturbiar el agua para que las hembras no pudieran distinguir los guapos de los feos.

¿Y cuál fue el resultado? Puesto que no podían ver, las hembras no tuvieron para nada en cuenta el color a la hora de reproducirse. Sin embargo, siempre elegían al pez más grande que consiguieran detectar entre las brumas acuáticas. Conclusión: el tamaño importa, pero sólo si estás a oscuras (o buceando en una piscina turbia). Si hay algún feo leyendo esto, ya sabe donde buscar a su futura pareja: submarinismo.

Si alguien está interesado en seguir leyendo sobre la cuestión, aquí van unos cuantos enlaces:

http://www.stanford.edu/dept/news/pr/91/911001Arc1139.html
http://news-service.stanford.edu/news/2005/october19/domgene-101905.html
http://www.thecichlidgallery.com/article_speciation.htm

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que cosas mas raras hacen los bichos... La verdad es que me surtes de anecdotas o hechos curiosos para contar en las conversaciones y aparentar ser un hombre culto, curtido e interesante.

Anónimo dijo...

... lo del Gran Prix pasaba de verdad, jajaja